DISLEXIA

Whoopi Goldberg es un ejemplo de que el principal problema en torno a la dislexia es su atención inadecuada y el estigma asociado de que se trata de una discapacidad o minusvalía intelectual. Bien atendida ¡no supone ningún obstáculo para alcanzar tus objetivos! Pero ¡escuchadla a ella!:
La dislexia es un tipo de dificultad específica de aprendizaje que, tal como recoge el Título II de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de Mayo, de Educación, debe ser prevista y atendida adecuada y personalizadamente.
A pesar de las diferentes visiones en torno a esta dificultad, todas confluyen en que se trata de
un trastorno específico del aprendizaje de la lectura de base neurobiológica, que afecta de manera persistente a la decodificación fonológica (exactitud lectora) y/o al reconocimiento de palabras (fluidez y velocidad lectora) interfiriendo en el rendimiento académico con un retraso lector de al menos dos años. Suele ir acompañado de problemas en la escritura. Se da en personas con un desarrollo cognitivo o inteligencia normal o alta. Es un trastorno que no puede ser explicado por discapacidad sensorial, física, motora o intelectual, ni por falta de oportunidades para el aprendizaje o factores socioculturales. (Angulo et al., 2012, p. 8)
Este trastorno o dificultad, además, es el más frecuente: hasta un 80 % de los diagnósticos son de dislexia (Angulo et al., 2012, p. 8). Por ello, las medidas que aborden este tipo de necesidad deben estar precisamente integradas en el currículo.
En Angulo et al. (2012) se ofrece una síntesis de los síntomas que podrá manifestar el alumnado (de forma acumulada o no) y que pueden servir de guía para las medidas compensatorias:
- Dificultades en la lectura: confusión ortotipográfica y fonética, y falta de comprensión lectora
- Problemas en la visión y en la audición
- Dificultades en la escritura y ortografía
- Falta de coordinación motriz
- Dificultades en matemáticas y en la comprensión del tiempo
- Dificultad para localizarse en el espacio
- Limitaciones en la integración de información de forma global
El alumnado con dislexia, a pesar de no sufrir ningún trastorno intelectual, debido al tipo de síntomas puede autopercibirse de forma negativa con respecto al resto de alumnos y aislarse por considerarse diferente, por lo que es imprescindible, asimismo, una atención emocional, individual y grupal, para evitar este tipo de consecuencias concienciando al alumnado de que el bienestar y la educación de uno es parte del bienestar y la educación de todos.
En el caso concreto de nuestro alumno con dislexia, hemos podido comprobar que cumple con los síntomas concretos de la dislexia en su edad (Angulo et al., 2012, p. 17):
- No se concentra al leer o escribir
- Presenta déficits en la memoria a corto plazo (no recuerda lo que acaba de leer o escribir)
- Lo anterior resulta en la mala comprensión de la información
- No consigue organizar ni su espacio ni su discurso ni su tiempo
- Trabaja con lentitud
- "Tiene dificultades en las habilidades sociales, le cuesta hacer amigos y amigas y comprender las discusiones"
- Se bloquea emocionalmente cuando le sucede lo anterior y tiende a sufrir ataques de ansiedad
Por lo tanto, en nuestra asignatura, atenderemos especialmente a sus necesidades educativas específicas en torno a la lectura y la escritura, implicándonos en su desarrollo
- lingüístico (fonológico, discursivo, conceptual y léxico, ortográfico y metalingüístico),
- cognitivo y metacognitivo (audiovisual, atencional, memorístico, cerebral, organizativo, adaptativo, que le permita adecuarse a los cambios y al ritmo de las tareas, procesar la información y extraer conclusiones, autocontrolarse y disminuir su ansiedad),
- afectivo, social y conductual (para aumentar su autoestima, motivar su integración en el grupo y su implicación en la materia),
- y motor (aunque el grueso de las medidas en torno a esta necesidad recaerán en el profesorado de Educación Física).
Por tanto, atendiendo a estos aspectos, llevaremos a cabo una serie de medidas. Entre las medidas generales, aplicables a otros tipos de necesidades específicas, recurriremos a la flexibilización de los agrupamientos y del horario lectivo semanal (para poder atender de manera individualizada a nuestro alumno), a programas de refuerzo en nuestra área y a adaptaciones curriculares (en este caso, no significativas).
En cuanto a las medidas específicas, seguimos a Angulo et al. (2012):
- Situaremos al alumno cerca de nosotros y de los recursos materiales que vayan a emplearse
- Comprobaremos que ha comprendido lo que lee, asistiéndolo personalmente o insistiendo en el contenido explicándolo verbalmente (y todas las veces que hagan falta)
- Para compensar sus dificultades en la expresión escrita con respecto a sus compañeros, evaluaremos oralmente sus conocimientos (adaptación curricular no significativa)
- La avisaremos con tiempo de cuándo le va a tocar leer en alto en clase (para que pueda practicar, pero reduciendo las posibilidades de que padezca ansiedad); serán, no obstante, textos breves
- Mostraremos un interés explícito en su aprendizaje para mantener su motivación
- Lo agruparemos, de manera temporal e intermitente, con el alumnado con menos dificultades de la clase, asegurándonos siempre de su participación activa
- Seremos flexibles con sus errores ortográficos
- Nos aseguraremos de que comprenda los criterios de su trabajo insistiendo en su explicación en todos los formatos que precise y dándole un tiempo extra
- No lo expondremos a situaciones en las que las consecuencias de sus dificultades queden expuestas ante toda la clase (como escribir en la pizarra)
- Le ofreceremos alternativas informáticas o tecnológicas que puedan ayudarlo en sus necesidades (adaptación curricular no significativa): podrá, por ejemplo, entregar determinados trabajos hechos en el ordenador
- Le comentaremos personalmente las correcciones de sus trabajos escritos
- No simplificaremos sus tareas con respecto al resto, sino que se las dosificaremos y le daremos más tiempo para que pueda llegar a las mismas metas según sus necesidades (adaptación curricular no significativa)
- Tendremos en cuenta sus dificultades para simultanear la escritura y la escucha, por lo que le ofreceremos apuntes fijados con nosotros para evitar que estudie a partir de un texto erróneo
- Haremos uso de esquemas que favorezcan la comprensión y atención del alumno
Para cumplir con estas medidas en nuestra situación de aprendizaje, los tres principios del Diseño Universal para el Aprendizaje serían pertinentes, especialmente el primero y el segundo, con sus pautas. No obstante, dado que la principal necesidad que hemos identificado en nuestro alumno para su desarrollo competencial en nuestra situación de aprendizaje radica en la dificultad para la expresión discursiva de sus ideas, nos centraremos en el segundo principio del DUA (Proporcionar múltiples formas de acción y expresión) y, en concreto, en la pauta 5: Proporcionar opciones para la expresión y la comunicación. Los puntos de verificación de esta pauta, como podrá comprobarse, son correlativos a las medidas que hemos propuesto:
- 5.1. Utilizar múltiples medios de comunicación
- 5.2. Usar múltiples herramientas para la construcción y la composición
- 5.3. Definir competencias con niveles de apoyo graduados para la práctica y ejecución